miércoles, 2 de abril de 2014

Capitulo 49

—No entiendo por qué no hablaste Pedro—insistió Paula —Por lo que has dicho se suponía que tenías que ser tú quien muriera aquel día.
—Jason estaba muerto Igual que Paulo. Cuando alguien muere, Paula, lo único que queda son los recuerdos que la gente que los quiso tiene de ellos. ¿Qué bien habría hecho, en especial a las familias de Jason y Paulo que yo afirmara que uno había sido el responsable de la muerte del otro?

Entendía la lógica tras las palabras de Pedro... ¡pero no tenían ningún sentido!


—Eso fue... muy abnegado por tu parte —murmuró.
—Más que lo que incluso yo comprendí —reconoció con aspereza.

Lo miró fijamente al entenderlo.

—Aquella noche no me hiciste el amor porque estuvieras molesto por haber perdido a Samantha ¿verdad?
—No —sonrió con pesar...
—Entonces... aquella mañana... —se humedeció los labios. —Dijiste que me llamarías ¿Iba en serio? ¿De verdad? —el palpitar de su corazón sonó muy alto en sus oídos mientras sus pensamientos... y sus esperanzas se desbocaban.
—De verdad —confirmó el atribulado. —Nuestra noche juntos había sido... sorprendente.
—¿En serio?
—Sí —suspiró —Por desgracia, ese altercado con Paulo significó que no tuve oportunidad de llamarte antes de la sesión de entrenamientos, y es evidente que no pude hacerlo después. Cuando me recobré y supe que no había tenido noticias de ti, pensé que no querías saber nada de mí.

Paula apretaba las manos con fuerza. Pedro no había amado a Samantha, ni en ese entonces ni en el presente. Había sido sincero cinco años atrás cuando le dijo que la llamaría por la mañana.

Las lágrimas le nublaron la visión.

—Pensé después de aquella noche no creí que volvería a verte.
—Creencia que se transformó en realidad—afirmó Pedro.
—Pero no porque tú lo quisieras de esa manera—protestó ella—Pedro yo... no sé qué decir —se puso de pie inquieta. — cuando aquella noche se anunció el accidente en los telediarios, yo estaba en casa. Vi los dos cuerpos tendidos en el suelo, a ti que te metían en una ambulancia, fue el peor momento de mi vida —movió la cabeza —o al menos eso pensé hasta que Samantha apareció inmediatamente después en la televisión para afirmar que tu aún la amabas.
—Jamás se me ocurrió... nunca imaginé que sus mentiras habrían convencido a alguien, pero supongo que yo conocía a la verdadera Samantha y tu no —frunció el ceño.
—La que me creí fue la de que estabas enamorado de ella —admitió Paula—No te conocía bien Pedro, pero te aseguro que jamás te consideré capaz de hacerle daño adrede a otro hombre.
—Paula ¿qué habrías hecho aquel día si no hubieras creído que todavía estaba enamorado de Samantha?
—Habría ido junto a ti, por supuesto —exclamó —No me habría importado quien hubiera podido querer detenerme, los habría obligado a dejarme que te viera
—¿Por qué?

Lo miró con expresión suspicaz. ¿Por qué?

—¿Por qué Paula? —repitió él con tono hosco.

¡Porque aquella noche se había enamorado de él, por eso! ¡Porque seguía enamorada de él!

Entrecerró los ojos al ver la incertidumbre en el rostro de ella. La suspicacia, el deseo de que no la volvieran a herir. Pedro sentía lo mismo.
Respiró hondo y aceptó que uno de ellos debía romper el punto muerto en el que se hallaban.

—¿Quizá si te contara por qué no sentí interés en lo que la gente pudiera creer que sucedió aquel día?

Paula trago saliva antes de hablar.

—¿Por qué no te importó Pedro?
Por el mismo motivo por el que nada me importó cuando recobre la conciencia dos días después del accidente —se encogió de hombros —Porque tú no estabas allí Paula —admitió sin rodeos —No estabas allí, no habías ido a verme a pesar de lo mucho que lo deseé los tres meses que pasé en el hospital seguiste sin aparecer.


Ella se quedó perpleja.


—No entiendo...
—No supongo que no —aceptó al dar los dos pasos que los separaban para posar una mano sobre su mejilla. —Mi hermosa Paula, mi valiente y hermosa Paula—sonrió —Después de todo este tiempo de todo lo que has sufrido mereces conocer la verdad.
—¿La verdad?
—Que me enamore de ti aquella noche de hace cinco años...

No hay comentarios:

Publicar un comentario