domingo, 30 de marzo de 2014

Capitulo 48

«Cobarde›> le dijo una voz apenas audible y burlona en su interior. Siempre había sabido que Pedro nunca la había amado ni jamás la amaría entonces ¿que importaba que le hablara de lo sucedido cinco años antes?

¡No debería importarle!

Irguió los hombros y con expresión deliberadamente impasible se volvió hacia él, una postura defensiva que estuvo a punto de desmoronarse al ver que la gentileza que había oído en la voz de Pedro se reflejaba en sus ojos.
Maldijo para sus adentros. 

¡No quería su compasión!

Quería su amor. Lo había querido cinco años atrás y en ese momento lo quería aún más, pero si no podía tenerlo desde luego no quería su compasión

Alzo el mentón.

—Adelante —invitó al final con voz tensa.


El siguió mirándola en silencio durante varios segundos, luego inclinó la cabeza con firmeza


—Primero necesito contarte dónde he estado desde que nos separamos ayer por la tarde.
—Dijiste que íbamos a hablar de lo sucedido hace cinco años—cortó con impaciencia.

Pedro suspiró por la interrupción.

—Mis actos desde que nos separamos ayer son relevantes para ese pasado. ¿Te sientas conmigo Paula? —preguntó al ver que su rostro estaba más pálido que nunca y que esa palidez resaltaba aun más las ojeras.



El hecho de que ella aceptara, le indicó cuánto la había perturbado su presencia y la conversación. Lo último que quería era hacerle más daño que el que ya le había causado, sin embargo su sola presencia lo había logrado...


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Se frotó los ojos con gesto cansado. Ella rió.

—¿Es una promesa?
—Si deseas que lo sea sí —le aseguró con pesar.


La desconcertó su docilidad.


—¿Seguro que no te has golpeado la cabeza desde la última vez que nos vimos?
—Muy graciosa.
—Lo intento —bromeó con ligereza.


Ni por un momento lo engañó el intento de ella de establecer una atmosfera superficial. La tensión en torno a sus labios le revelo que era una fachada. Igual que lo era su propia serenidad.


—Paula, cuando estábamos en la isla me preguntaste que sucedió de verdad hace cinco años cuando chocaron tres coches de Formula Uno y como consecuencia de ello dos hombres murieron. ¿Sigues queriendo esa respuesta?
—Sí, por supuesto
—¿Y me creerás si te cuento la verdad?
—Claro que te creeré Pedro—la irritó que lo dudara.


El sonrió fugazmente.


—La investigación oficial declaró que había sido un accidente pero yo sabía y siempre lo he sabido que fue Paulo Descari y no yo el responsable del choque de los tres coches.
—Pero... —se quedó boquiabierta. —¿Fue deliberado?


 Pedro apretó la mandíbula.


—Eso creo, sí.


Lo miró fijamente. ¿Por qué diablos haría algo así Paulo Descari? A menos…


—¿Porque Samantha Childe había decidido que había cometido un error? ¿Qué te correspondía? —comprendió apesadumbrada. —¿Le había contado a Paulo Descari el fin de volver contigo?


Pedro se puso de pie con expresión sombría.


—Me temo que ninguna de esas cosas era posible Paula—repuso— primero porque yo no amaba a Samantha, segundo porque fui yo quien puso fin a la breve relación que tuvimos y no al revés como tan públicamente afirmó Samantha horas después del accidente. Pero si creo que pudo haber provocado a Paulo con nuestra relación —prosiguió —Aquella mañana él intentó entablar una discusión entre los dos y estaba tan cegado por los celos que no me creyó cuando le dije que no albergaba ningún sentimiento por Samantha —volvió a suspirar. —Yo no fui responsable físico del accidente Paula, pero no obstante siempre he sentido cierta culpa, no sólo por mi completa indiferencia hacia Samantha sino porque yo sobreviví y los otros dos hombres no.
—Pero eso es... No tienes motivos para sentirte culpable Pedro—manifestó atónita—tu también podrías haber muerto
—Pero estoy aquí. Contigo —murmuró él.


¿Cuánto tiempo necesitaría Paula para comprender y cuestionarse, después de las cosas que acababa de contarle, la noche que habían pasado juntos cinco años atrás? La vio fruncir el ceño unos segundos y luego lo miró curiosa. El respiró hondo


—Estuve inconsciente durante varios días después del accidente y por eso en su momento no fui capaz de negar o confirmar la afirmación de Samantha de que yo había causado el accidente porque aún la amaba hizo una mueca desdeñosa. Cuando estuve recuperado ya ni me interesó hacerlo —añadió con indiferencia.
—¿Por qué no? —preguntó incrédula. —Sin duda debiste darte cuenta de que las palabras de ella le daban motivos a la gente de seguir albergando dudas a pesar de las conclusiones de la investigación oficial.
—¿También tú tienes motivos para seguir dudando Paula? —preguntó con los ojos entornados.


Ella movió la cabeza con vehemencia.


—No sobre tu inocencia.


Pedro había pensado y esperado que resultara más fácil que lo que estaba siendo. Pero no era así. Desnudar su alma de esa manera, sin tener idea del resultado final resultaba doloroso...




Mañana últimos dos caps (: 



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