miércoles, 15 de enero de 2014

Capitulo 6

No supo cómo perdió los vaqueros y las braguitas, y tampoco pudo recordar cómo terminaron en la cama con los cuerpos pegados y las piernas entrelazadas mientras se besaban con ardor, fiereza e intensidad.
Dejó de respirar cuando la mano de Pedro le separó los muslos para tocarla con el dedo pulgar, acariciando el capullo endurecido que anidaba allí. Sus sentidos se saturaron con la profundidad de su excitación, haciendo que alzara las caderas al encuentro de las embestidas de los dedos de él mientras se movían rítmicamente en su interior y Paula estallaba en un espasmo tras otro de placer no imaginado y en apariencia interminable.
Pedro se situó encima de ella y penetró su cuerpo aún trémulo hasta reclamarla por completo. Comenzó a moverse dentro de ella con embestidas pausadas y medidas que luego incrementó en profundidad. Paula fue a su encuentro mientras, para su asombro, sentía una nueva liberación crecer en ella por segunda vez en pocos minutos.

Sus ojos se abrieron mucho a medida que dicha liberación aumentaba, el placer tan hondo ya que le resultó casi doloroso mientras él aminoraba adrede las embestidas de la erección que la invadía por completo y la retenía ante el precipicio, negándose a soltarla mientras observaba su placer.

—¡Por favor! —jadeó ella mientras el cuerpo le ardía y anhelaba el orgasmo. —¡Oh, Dios, por favor!

Siguió contemplándola al tiempo que ahondaba los embate y los hacía más duros y rápidos, la cara acalorada por su propio placer, antes de que el segundo orgasmo de Paula lo arrastrara también hacia el abismo.
Pedro cerró los ojos por la fuerza de su orgasmo y sus caderas siguieron moviéndose contra Paula mucho después de haberse vertido por completo mientras permanecía dentro de ella y el placer aún rompía sobre él.


***Al final, cuando ya no pudo soportarmás, cuando le pareció como si fuera a morirse por la intensidad del acto si no paraba, se derrumbó con suavidad sobre los pechos de Paula.Se volvió sólo para cubrirlos a ambos con el edredón antes de sumirse en un sueño profundo con los cuerpos aún unidos.

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—Es hora de despertar, Paula.

 Ésta ya había despertado hacía unos minutos y trataba de reconciliarse con quién se encontraba allí.

Pedro Alfonso...

Sólo pensar en su nombre conjuraba imágenes de la noche que acababan de pasar.Había despertado de madrugada y lo había descubierto una vez más dentro de ella, mirándola en silencio. Paula había respondido con un movimiento lento y lánguido de los muslos mientras las bocas se fundían en un beso.
La segunda vez que habían hecho el amor había sido más intensa incluso que la primera.

Pero despertar sola en la cama enorme unos momentos antes, con el sonido de la ducha en el cuarto adyacente indicándole dónde se encontraba Pedro, hizo que en vez de sentir la euforia feliz que debería haber experimentado después de semejante noche de puro placer, se sintiera llena de una sensación de incertidumbre.
La noche anterior había hecho el amor con Pedro Alfonso. El mejor piloto de Fórmula Uno y campeón de dicha categoría, playboy, hijo y heredero del negocio y del imperio vinícola de los Alfonso.Mientras que ella era la hija mayor de un médico rural inglés, licenciada en Arte e Historia.
No sólo eso, sino que sabía que distaba mucho de parecerse a las modelos o actrices altas, rubias y de piernas largas con las que solía verse a Pedro en las fiestas o estrenos. 
Las revistas del corazón mostraban constantemente fotos de él con esas mujeres, la más reciente con Samantha Childe...

¡No tenían nada en común!

(Fuera del dormitorio, desde luego...)

A la fría luz del amanecer, se ruborizó hasta la raíz del cabello revuelto mientras revivía cada una de las caricias íntimas de la noche anterior.

—¿Paula? —repitió Pedro al sentarse en el borde de la cama. —Despierta, para que pueda despedirme bien.

¿Despedirse?

Abrió los ojos al tiempo que giraba la cabeza para mirarlo, agradeció que su desnudez estuviera protegida por la sabana al verlo vestido con un polo negro que resaltaba la anchura de sus hombros y de su torso y unos vaqueros de cadera baja con el pelo aún mojado por la ducha que acababa de darse.
El sonrió con gesto burlón mientras la miraba fascinado de nuevo por su belleza. Por lo pequeña y voluptuosa que era, por lo entregada...

Sintió que el cuerpo se le agitaba al recordar lo bien que ella había respondido una y otra vez durante la velada anterior.
Alargó la mano y le apartó el cabello oscuro de la frente al tiempo que se reclinaba para darle un beso lento lamentando tener que ponerle fin ahí

—De verdad que me tengo que ir ahora Paula, o llegaré tarde al circuito de Silverstone murmuró con voz ronca Pero te llamare más tarde ¿de acuerdo?

—De acuerdo susurró ella

Pedro se levantó a regañadientes tan consciente del paso de los minutos como de la desnudez de Paula bajo la sabana sabiendo que debía distanciarse de la tentación que representaba.

Mi ama de llaves te pedirá un taxi cuando estés preparada para irte. Como no puedo llevarte yo mismo a casa te he dejado algo de dinero sobre la cómoda para que lo pagues añadió con ligereza recordando que hacía muy poco que ella había dejado de ser una estudiante.

 Paula frunció levemente el ceño.

—Eso no será necesario.

—Paula.. —él mismo frunció el ceño al no poder leer ningún pensamiento detrás de esos ojos violetas.

—Está bien Pedro—aseveró sin querer revelar la tristeza que la embargó ante la súbita marcha de él.

—Te llamaré luego —repitió Pedro con firmeza.

Se inclinó otra vez para besarla antes de girar con el fin de marcharse. Pero se detuvo un momento en la puerta.

—Tómate tu tiempo... no hay prisa para que te marches.

Dijo para luego marcharse dejándola sola en aquella habitacion...




Hoy dos caps, van dedicados a @soloosoiimica ! me acorde de algo q te habia dicho y bueno jajajaja

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