martes, 18 de marzo de 2014

Capitulo 46

—No deberíamos haberlo hecho


Paula se había derrumbado sobre el húmedo torso de Pedro cuando la última onda de placer recorrió su cuerpo pero en ese momento levanto la cabeza y lo miro incrédula.


—¿Que acabas de decir?


Él le devolvió una mirada sombría


—No debería haber hecho eso, Paula..


Lo miró atónita, se separó de golpe de él y tapó su desnudez con la blusa rota antes de ponerse de pie.


—Vete Pedro—espetó
—Paula...
—¡Vete! —repitió con voz trémula volviéndose en busca de las braguitas que logró ponerse en precario equilibrio.


Se preguntó cómo Pedro podía hacerle eso. ¿Cómo?. Lo que ella había considerado algo hermoso absolutamente único se había convertido en algo que deseaba olvidar.

¡Que deseaba que nunca hubiera sucedido!


—¿Quieres vestirte y marcharte Pedro? —él se incorporó lentamente magnifico en su poderosa desnudez. Paula no quiso mirar tanta masculinidad. —No quiero que digas nada, no quiero que hagas nada. Sólo quiero que te vistas y te vayas. Ahora —insistió
—Paula...
—¡Ahora!
—Has malinterpretado mi razonamiento, Paula...
—¡No me toques! —se apartó con brusquedad de las manos que él había apoyado sobre sus hombros.


Pedro frunció el ceño al ver su expresión.


—Mi contacto no pareció resultarte tan desagradable hace unos instantes —musitó.
—Lo mismo que a ti el mío —replicó. —Supongo que los dos nos dejamos llevar por el momento y olvidamos lo demás.
—¿Y que es lo demás? —entrecerró los ojos.
—¿Quieres ponerte algo de ropa? —repitió impaciente. —Me resulta desconcertante hablar con un hombre que está completamente desnudo...
—No soy cualquier hombre Paula, soy tu marido —señaló con aspereza mientras se enfundaba los vaqueros.
—Sé exactamente quién y que eres Pedro —aseveró. —Lo que he querido decir es que el único motivo por el que te casaste conmigo fue Toby...
—Paula...
—¿Se te habría pasado por la cabeza proponerme matrimonio de no haber existido Toby? —desafió.
—Ninguno de los dos sabrá qué habría pasado después de encontrarnos en San Francisco...
—Yo si —repuso con desdén —Dudo mucho que nos hubiéramos vuelto a ver después de lo de San Francisco si no hubieras descubierto la existencia de Toby


Pedro respiró hondo.


—Quizá ahora no sea el momento de mantener esta conversación. Estas perturbada...
—Estoy enfadada Pedro, no perturbada. Conmigo misma añadió — ¡Por caer una vez más en tu rutina de seducción!
—¿Mi rutina de seducción? —repitió incrédulo.


Paula  asintió


—No intentes negarlo—le advirtió —Aun recuerdo la habilidad con la que me sedujiste hace cinco años


El frunció el ceño


—Eso fue hace cinco años, Paula
¡Entonces debes sentirte satisfecho de saber que no has perdido nada de tu habilidad! —espetó


La estudió atentamente, deseando tomarla en brazos, explicarle sus temores por ella...


—Insultarme sólo empeora la situación le dijo con suavidad.
—¿Empeorarla? ¿Puede empeorar? —gritó. —Nos acabamos de arrancar la ropa en un frenesí sexual... y en mi caso, literalmente —bajó la vista a su blusa abierta, cuyos botones estaban diseminados a sus pies No quiero seguir hablando de esto, Pedro —corto — lo único que deseo es que te marches.
—Regresaré mañana...
—¡Por mí no te des prisa! —exclamó ella.
—Necesitamos hablar.
—Dudo mucho que tengas algo que decir que yo desee escuchar—repuso cansada.


Él apretó la mandíbula, estaba tan hermosa, lo único que quería era tomarla en brazos y volver a hacerle el amor una y otra vez.


—No importa, volveré mañana —afirmó con sombría determinación.


Ella enarcó unas cejas burlonas al ver que no hacía esfuerzo en marcharse.


—Espero que no aguardes que te diga que te estaré esperando con los brazos abiertos
—No, no lo espero —le dedicó una sonrisa carente de humor. — la sinceridad es una de las cosas que más me gustan de ti, Paula.
—Una de las pocas, no me cabe duda —aclaro —Si me disculpas ahora, me gustaría darme una ducha y acostarme —«sola», tuvo ganas de añadir. Pero no tenía sentido exponer lo obvio. Alzó el mentón. —Adiós Pedro
—Jamás será un adiós entre nosotros, Paula—aseveró con serenidad.

 «No», aceptó ella apesadumbrada cuando él por fin se fue. Seguirían con esa farsa de matrimonio el tiempo que fuera necesario. El tiempo que Toby lo necesitara.



Continuara.....





Son complicados... ¿no? últimos 4 capitulos :) 

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