lunes, 24 de febrero de 2014

Capitulo 25

—¡Ignorarme no hará que desaparezca, Paula! —indicó con exasperación.


Ella se volvió con sonrisa pesarosa.


—¡Ojala fuera así!


La miro con frialdad


—Durante los últimos cinco años has hecho todo a tu manera.
—¿A qué te refieres con todo? —replicó con sequedad y el cuerpo tenso—Tenía veintiún años entonces,Pedro. Sólo veintiuno —recalcó —en ese momento no figuraba en mis planes inmediatos tener un bebé, y menos de un padre que ni siquiera vivía en el mismo país que yo cuando nació el pequeño.
—No sirve para nada enfadarse, Paula...
—¡A mi si me sirve! —contradijo con vehemencia—Has dejado claro que desapruebas mis actos de hace cinco años, así que intento explicarte que hice lo que consideré lo mejor.
—¿Para quién? —se reclinó en el sillón y la observó con atención.
—¡Para todo el mundo!


Pedro apretó la mandíbula.


—¿De qué modo es bueno para Toby no haber sido consciente de la existencia de su padre o de la familia de este? ¿osea que era mejor para el que no disfrutara de las comodidades que le podría haber aportado ser un Alfonso?
—A Toby no le ha faltado nada.
—¡Le ha faltado un padre! —espetó con voz gélida.


Su acusación era indiscutible. Paula respiró hondo para serenarse, sabía muy bien que convertir esa conversación en una disputa airada no arreglaría nada de lo que se interponía entre Pedro y ella.


—Te aseguro que mis padres han sido maravillosos—explicó-Micaela y Gonzalo también. Y en cuanto pude trabajar, me cercioré de que a Toby no le faltara de nada.
—¿En qué has estado trabajando? —inquirió él.


Paula hizo una mueca.


—En cuanto descubrí que estaba embarazada, me sentí perdida acerca del trabajo que podría desempeñar. Pero había escrito mi tesis universitaria sobre la vida de Leonardo da Vinci. Mi tutor pensó que era lo bastante buena como para que se publicara, de modo que durante los meses del embarazo me puse en contacto con una editorial para ver si le interesaba. Con mucho trabajo y cincuenta mil palabras más, la aceptaron, tuve suerte de que su publicación coincidiera con una novela sobre un tema similar que entonces alcanzó gran popularidad —se encogió de hombros—En los últimos tres años he tenido dos libros en la lista de los best-sellers de no ficción —añadió con humildad.


Pedro comprendió entonces de dónde procedía la seguridad y ese aire de serena satisfacción que emanaban de Paula. A pesar de su inesperado embarazo y de la dificultad implícita en ser madre soltera, había logrado alcanzar el éxito en lo que había elegido estudiar.


—Eso es... admirable.
—¿Pero inesperado,no?


EI no pudo negar que la evidente independencia económica de Paula era algo con lo que no había contado al contemplar una solución al problema al que se enfrentaban en ese momento.

Aunque tal vez debería haberlo hecho.


—Quizá—concedió tras una pausa. —Pero en última instancia no cambia nada.


Paula frunció el ceño, desconcertada.


—Lo siento... no entiendo.
—Toby es mi hijo...
—Creo que ya he reconocido ese hecho —espetó.


El la miro con expresión burlona.


—Es innegable ¿verdad? —murmuró con satisfacción. El parecido que tenía con su padre y con él era tan evidente que había hecho que su padre se desmayara, apretó los labios. —La única solución es que nos casemos lo antes posible.
—¡No! protestó ella horrorizada. No,Pedro—repitió con expresión decidida—no tengo ninguna intención de casarme contigo ni ahora ni en el futuro.


La sugerencia de matrimonio de Pedro la había dejado completamente atónita ¿Sugerencia? No había sugerido nada... ¡lo había expuesto como algo inmutable!
Cinco años atrás ella había considerado todas las opciones, incluida la de ir a contarle su embarazo a pesar de la complicación que representaban los sentimientos de Pedro por Samantha. Uno de los beneficios sin duda habría sido el ofrecimiento de ayuda económica por parte de él y lo había rechazado por principios, no le importaba lo dura que tuviera que ser su lucha para arreglárselas por su cuenta y no quería deberle nada a Pedro Alfonso, que hubiera pensado en casarse con ella por el bien del bebé había sido una opción menos factible, teniendo en cuenta que la suya solo había sido la aventura de una noche, y que había rechazado incluso con más vehemencia que la idea de la ayuda económica que pudiera darle.

No quería casarse con alguien por el único hecho haber tenido un hijo.


—¿No quieres casarte conmigo porque mentiste al decir que mis cicatrices no te repugnaban? —soltó Pedro con aspereza y ojos entrecerrados.


Paula movió la cabeza.


—No me repugnan en absoluto —insistió con serenidad.
—La mayoría de las mujeres no dirían lo mismo—expuso con frialdad.
—Pues yo no soy la «mayoría de las mujeres» —espetó furiosa—Pedro, reconoce a Toby como tu hijo, pero por favor, a mi déjame fuera de la ecuación—suplicó.
—Eso podría resultar algo complicado siendo tú la madre de Toby.


Ella movió la cabeza.


—Estoy segura de que podremos establecer unas visitas... —calló al ver que Pedro se ponía súbitamente de pie.
—¿Eso es lo que quieres para Toby? —soltó.— quieres que se convierta en un simple fardo que pasa de uno a otro de sus padres?
—No tiene que ser así —protestó ella.
—Si no nos casamos será exactamente así —insistió él con impaciencia.


Paula tragó saliva.


—¿Crees que a Toby le irá mejor siendo el único eslabón entre dos personas que no se aman pero que están casadas?.
Has dicho que mis cicatrices más obvias no te resultan... inaceptables se acercó lo suficiente como para ver el leve rubor que apareció en sus mejillas y la rápida subida y bajada de sus pechos bajo la blusa color crema.
—Y así es —frunció el ceño—Pero eso no significa que me guste la idea de casarme contigo


No era capaz de pensar con claridad con Pedro tan cerca, no podía concentrarse en nada salvo en el calor de su mirada oscura recorriéndole lentamente el cuerpo hasta detenerse en los pechos turgentes, que respondieron con una percepción hormigueante y cuyos pezones se mostraron repentinamente duros contra la tela suave del sujetador y la blusa. Un impulso cálido y palpitante entre los muslos hizo que se moviera incómoda

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